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lunes

Esa mañana me había levantado distinta, algo había cambiado dentro mío. Mi cabeza estaba muy revuelta, pero había claridad en medio de todo, por fín había claridad. Y lo más importante, había una decisión, una decisión que cambiaría todo.
Entonces le invité un café,
(siempre me pareció que el café era un buen acompañante y mediador cuando de decisiones y cambios se trata)
Me miró fijamente, aún esa mirada lograba estremecerme. Tomé un sorbo de café, intentando no temblar, por mas que doliera y me costara, no podía bajar la guardia esta vez.
Entonces con la voz entrecortada y la mirada fija en la taza, le dije que nos separemos.
Su desconcierto fue inmenso.
Cómo podía pedirle esto después de tantos años de convivencia, después de todo lo que habíamos vivido...
Pero yo lo necesitaba, necesitaba alejarme, así ya no podía seguir, me sentía atascada, estancada (me temblaba el alma). Ya no tenía sentido seguir.
Sabía que no iba a ser fácil, el tiempo compartido nos jugaba en contra esta vez, logrando que no podamos dsprendernos rápidamente, llevaría un proceso, darnos el tiempo. Pero yo estaba decidida, yo ya no quería más todo esto-
Entonces subí la mirada, y la clave en sus ojos desconcertados y desencajados. Comprendió tanto en ese instante, supo que hablaba en serio y cómo me dolían mis palabras, cómo le dolían mis palabras.
El café se terminó, yo me sentía aliviada. Rozó mi mano, me miró compadeciéndose de mi pobre corazón atormentado...retiré mi mano bruscamente y mi mirada se enfrió.
Estaba decidida, a pesar de que el llanto me nublara la vista.
Entonces se paró, sin decir nada, alejándose despacio.



Esa mañana, después de tanto tiempo, había podido decirle
al miedo
que se separe de mí.



sábado


La ciudad se congela…
La gente cubierta de capas se vuelve enorme…
sin rostros y torpes…
Atropellan sin ver …
sus pasos rápidos, casi agresivos…
Las no palabras que se dicen al pasar…
La lluvia finita y violenta que escarcha el vuelo de los horneros…
Una ciudad totalmente tiesa…
casi inevitable…
Casi inhabitable


...Y de pronto.....
te veo.


Tus pies descalzos que juegan en los charcos, tu cuerpo que danza con la lluvia, tu pelo mojado que juega con ..…el viento…
una risa que a veces, suavemente se deja oír.
Y una sonrisa real en tu rostro

Me detengo y te observo.
Mis pies se mueven y acortan nuestra distancia.
Nuestras miradas se encuentran y extiendes los brazos. Agarro tus manos …
Y comenzamos a bailar, a jugar, a reír, la lluvia que nos acompaña, a volar, a vivir, a ser uno…
A disfrutar, sin importar más nada.
La ciudad que olvidamos,
la gente que desaparece de a poco...
Nuestras risas que cada vez se vuelven más fuertes

¿Cuál es tu secreto? Pregunto extasiada…
, entre ensoñaciones… me contestas con los ojos cerrados


“Tengo el corazón demasiado contento”…