sábado

Hola.
Sí, ya sé, hace mucho que no nos vemos, que no hablamos. Pero bueno, de pronto he tomado el coraje necesario para agarrar la birome y escribirte esta carta.
Esta carta, que podría ser mucho más que una carta. Podría ser un camino, un café, un mapa, una silla perdida, una estación de tren, una bicicleta sin bocina, un bolsillo, una canción, un quejido,un comienzo, una pregunta o tal vez una respuesta, un día, un juego, una sonrisa, un grito, un final. Un abrazo.
Puede ser lo que imagines que sea, todo esto y más,
o simplemente una carta.
Sabés...a veces me olvido de tu rostro, ya casi no lo recuerdo.
Por momentos me acuerdo de vos en partes, tus ojos por un lado (sí, tus ojos eran rasgados y delgados, marrones, pero uno podía confundirlos facilmente con cualquier otro color), tu boca...(esa a veces se me complica más, pero de tu sonrisa no me la olvido nunca), tu pelo, tus manos, y tu palidez. Todo por partes.
Cuando quiero juntar las partes y armarte, y verte entera, no resulta, se desvanecen las partes y simplemente puedo imaginarte en el vacío oscuro de mi mente, por partes, difusa e incompleta.
Sabés qué? Nunca conocí alguien que tenga tu nombre, y eso que es un nombre muy simple. Pero no, nunca otra persona apareció en mi vida que se llamara igual que vos. Y debo admitir que nunca me gustó mucho tu nombre, pero al conocerte cobró una melodía demasiado particular, que prenunciarlo me estremece.

Cuando empecé esta carta, estaba llena de dudas, de inseguridades, de temores, (un poco de verguenza, lo admito), de preguntas, de nervios...y ahora todo esto me ataca y estoy dando tantas vueltas, cuando en realidad todo es muy simple.

Aveces, cuando camino por los lugares que frecuentábamos, me dan ganas de cruzarte de hablar con vos un rato, de que me cuentes un poco qué es lo andás haciendo, verte sonreír, pegarte un abrazo, invitarte un café, que nos reconozcamos y saber que te importo, que me recordás, que me quisiste. Encontrarte y saber cómo estás.

Sí, simplemente saber cómo estás. Simplemente era eso. Saber cómo estás.
Cuendo te pienso, (y lo hago muchas veces, debo reconocerlo), simplemente quiero saber eso, saber cómo estás. Saberte, saberte bien, saberte contenta, haciendo lo que querés, viviendo.

Viviendo.


Yo sé que ha pasado mucho tiempo, muchísimo tiempo desde la última vez que nos vimos,(muchos años) y quizás cuando leas esto, no entiendas, y hasta quizás ni me recuerdes, ni te importa. Pero quiero que sepas algo, yo sí te recuerdo, y no puedo dejar de recordarte. Creo que te pienso tanto, porque un dia te desvaneciste, ya nada supe de vos.
(nunca si quiera pudimos despedirnos)
Todo fue demasiado rápido

Y también, ya que hoy me ganó el arrebato de valentía quisiera que sepas algo.
Yo no puedo dejar de pensarte, porque te amé demasiado, siempre te amé.
Y aunque esto ahora no sea crucial, ni ese sea el motivo de esta carta, quería que lo sepas, para que sepas que tu vida no era terrible, que vos no eras un vacío, nadie y que a alguien llenaste de luz y alegría.

Simplemente te escribo, para saber como estás.

Para saberte viva.
Para saberte.



Un abrazo inmenso.
Hasta alguna vez.
Hasta nunca.
Hasta siempre.






(Si supiera a donde mandar esta carta, ya estaría en el correo).

4 comentarios:

Doamna care plânge dijo...

L'amour L¡amour, c'est trés jolie

Val dijo...

Ouch. Qué hermoso. Me hiciste acordar a los cuentos de Poldy Bird. Cómo me gusta lo que escribe esa mujer...
Y esto no se queda atrás.
No tengo más palabras.
Sólo un suspiro.

¿Lesbiana? dijo...

A veces escribimos porque sí, cosas que no sentimos, cosas que no son, pero con el tiempo terminan siendo, cobran sentido, de repente parecen un presagio o una profecía. Es raro cuando pasa pero a veces, es lindo.

Val dijo...

Sí, me acuerdo de este texto. Creo que fue una de las primeras cosas que leí tuyas... y qué lindo volver :)