sábado

De repente tengo que crecer. Al menos, eso vociferan por ahí, nadie me dijo, además, que crecer era dejar de ser, era convertirse en alguien que uno no quiere, en alguien en quien no cree, no desea y que encima, aborrece un poco.

Pero eso es lo que debe hacerse- murmuran por ahí
después te acostumbrás- acotan por allá.

Las voces sabias proclaman como funciona el mundo.
Hablan de tiempo y actitudes. De como pararse, de qué hay que hacer, de cómo actuar siendo fiel a lo que todos esperan de uno.

Crecer le llaman, madurar le llaman, tomar las riendas le llaman, hacerse cargo le llaman, cumplir le llaman, hacerse valer le llaman, ser alguien tambien le llaman, aprender le llaman, entender le llaman, deber ser le llaman.
Todo eso le llaman pero nadie le llama vivir

1 comentario:

Abriles dijo...

pues como diria "miguelito", la vida no debiera echarlo a uno de la niñez sin antes haberle conseguido un buen puesto en la juventud...